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lunes, 23 de enero de 2012

El mundo del trabajo en Gamarra: aproximaciones etnográficas

La  Asociación Peruana de Ciencias Sociales comparte y da a conocer al público interesado la realización del Taller: El mundo del trabajo en Gamarra: aproximaciones etnográficas. Esta actividad  es desarrollada por alumnos de la escuela de sociología de la UNMSM. A continuación la presentación del evento.
 
Todo lo que se ha dicho sobre Gamarra, el Emporio Comercial y Productivo más importante de nuestro país, muestra un amplio registro de temas y enfoques. Entre todos ellos predominan, por mencionar algunos, la temática de la informalidad de Gamarra; sin duda también Gamarra es vista predominantemente desde los “empresarios exitosos”; no podemos negar que existe una unidad insoslayable en lo dicho que une a Gamarra con la migración, incluyendo los componentes culturales andinos del proceso que involucra su historia y configuración; además de todo ello es notorio el énfasis en la perspectiva económica que presenta a Gamarra como un conglomerado empresarial o cluster. Sin embargo, existen unos actores que a pesar del rol destacado que tienen, no han sido estudiados lo suficiente hasta el punto de ser prácticamente excluidos del discurso sobre dicho emporio. Estos son los trabajadores.

Es por este motivo que los estudiantes de Sociología de la UNMSM desde mediados del año pasado, a partir del curso de Sociología del Trabajo (a cargo del Prof. Jaime Rios y el Jefe de Práctica Moisés K. Rojas), emprendieron el estudio del mundo del trabajo en Gamarra. En el desarrollo obtuvimos el apoyo institucional de la Sub-gerencia de Promoción Empresarial de la Municipalidad de La Victoria y la Dirección de Escuela de Sociología de UNMSM. Estas investigaciones son aproximaciones etnográficas, es decir enfatizan en las fuentes de primera mano, estudiando al trabajo in situ, aproximándose a la misma experiencia de los trabajadores, oyendo y tomando muy en cuenta la opinión de los mismos.
Todo el colectivo de artículos, cada uno de ellos elaborado en base a investigaciones empíricas sobre diferentes temas del trabajo, son en total ocho. Los avances preliminares de estos estudios serán presentados y discutidos por cuatro destacados panelistas: Michel Azcueta, Juan Infante, Javier Barreda y Juan Chacaltana. El evento se realizará este 25 de enero, a las 5 pm., en el Auditorio Porras Barrenechea de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM.

Están cordialmente invitados. Los esperamos.

martes, 17 de enero de 2012

Curso virtual de ANTROPOLOGÍA FISICA Y FORENSE: “RECONSTRUCCIÓN DEL PERFIL OSTEO-BIOLOGICO”

NOTA ESTE 2 DE MAYO INICIARÁ EL II CURSO DE ANTROPOLOGÍA FÍSICA Y FORENSE POR FAVOR INDIQUEN SU EMAIL O ESCRIBAN A asociacionperuana@hotmail.com PARA ENVIARLES TODA LA INFORMACION.
SALUDOS!!

(*) La información que a continuación sigue es la misma para el II curso Curso de Antropología física y Forense.


Por Fiorella López M.
Vicepresidente Asociación Peruana de Ciencias Sociales
Dentro de las actividades programadas por la Asociación Peruana de Ciencias Sociales (APECS), en esta oportunidad presenta el Curso Virtual de Antropología Física y Forense;  que se llevara a cabo a partir del día 22 de febrero y durará hasta el 11 de abril. Este curso contará con profesores expertos en la materia, que abordarán el estudio, las técnicas y los procedimientos dentro de la antropología física y forense.
El curso tratará temas como son los principios de la antropología física, la osteometría donde se desarrollarán los puntos craneometricos, mediciones craneales, mediciones mandibulares y mediciones poscraneales; también se abordara a la antropología dental, patologías óseas, estimaciones del sexo y la edad en adultos y subadultos, la antropología criminal, balística forense, dactiloscopia forense, entre otros.  
En ese sentido, la Asociación Peruana de Ciencias Sociales (APECS) espera que los universitarios y profesionales en participar del curso, ya sea de las diversas universidades del Perú, como también del extranjero fortalezcan sus aptitudes en el análisis y obtención de conocimientos teóricos orientados a temas relacionados a la antropología Física y Forense.
Si desea más información puede comunicarse a asociaciónperuana@hotmail.com o llamar al 949386314 / 986404153 o al fijo 2657441 en horarios de oficina.

“El perú hirviente de estos días”. El movimiento social en el perú actual

Por Luis Rodríguez Toledo
Estudiante de Quinto año de Historia (UNMSM)

El objetivo del presente ensayo es bosquejar el estado actual del movimiento social en nuestro país tomando como indicadores las reivindicaciones y los gremios protagonistas. Según el informe de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo se ha producido y desarrollado más de 227 conflictos hasta mayo del año pasado[1], y otros se han intensificado aún más en el semestre pasado sobretodo en relación al tema minero en Cajamarca. Más del 50 % de estos conflictos se deben a temas socio-ambientales producidos por los efectos nocivos de la actividad minera.

Es cierto que cuando José María Arguedas vivía notaba las contradicciones que existían en nuestro país, pero básicamente se refería a diferencias étnicas. En una carta dirigida a Jhon Murra fechada el 1 de febrero de 1967[2] nota como en Chimbote se mezclan poblaciones andinas (que son la mayoría) con las pobladores de la costa, y a pesar del intenso intercambio comercial y cultural de ambos mundos: el andino y el costero viven en estratos diferenciados socialmente a través de códigos aceptados y muy implícitos. En Lima las grandes masas de inmigrantes hacen que estos hombres tiendan a acriollarse para poder sobrevivir y adaptarse con facilidad a la urbanidad, en trabajos de obreros, pescadores, sirvientes, etc. Sin embargo la mezcla étnica y cultural no fue la solución a los conflictos cuya ebullición data de esta década, Carlos Ivan Degregori en su libro sobre el origen y nacimiento de Sendero Luminoso en las décadas predecesoras a 1983 hace notar que este fenómeno de la violencia política es endógeno de nuestra sociedad, como también lo sugería Alberto Flores Galindo y Nelson Manrique, un movimiento social como el ocurrido en Huanta y las luchas que movilizo a campesinos, obreros y estudiantes en Ayacucho por la educación son elementos claros de los pedidos de modernidad que hace este mundo rural. En realidad no hay ninguna contradicción con lo que plantea José María Arguedas, mucho más allá de sus cultores de imagen revolucionaria que se reproduce aún hoy día, mucho más allá de ello, José María Arguedas pudo descubrir por su investigaciones etnológicas que en algunas provincias de nuestro mundo andino los pobladores no tenían una concepción negativa de la occidentalización o modernidad, en realidad los pedidos básicos o pliegos de reclamos que se formulaban entre esas décadas pedían esa penetración moderna tanto de colegios, servicios básicos y carreteras, entonces ¿desde cuando se ha tomado rumbos distintos?. Podría explicarse que la condena de la protesta social o esa mala imagen de campesinos terroristas se deben a la penetración del PCP-SL en el imaginario nacional de relacionar todo aquel acto de protesta con el terror.

Pero si las luchas al inicio del siglo XX eran políticas y se referían a las condiciones del obrero, luego seguirían aquellas luchas cotidianas de la vida práctica que se refiere a la diferencia de etnias en un mismo espacio producto de las inmigraciones y que desvelaría un mundo rural desconocido, desconocido por las ideas socialistas de inicios del siglo XX en nuestro país, por los movimientos obreros y sindicales, aún desconocido por los intelectuales que lo rebajaron al termino homogéneo y colonial de “indio” como lo hizo tanto Deustua, Lavalle, Encinas como el mismo José Carlos Mariátegui, no fue sino hasta José María Arguedas que al “indio” se le dio otra realidad, más compleja y diversa, encontrado en El Mantaro, Ayacucho y Chimbote realidades distintas y por ende necesidades distintas, al fin y al cabo todos los “indios” no eran iguales y tenían diferencias étnicas, económicas y culturales, aún así la mayoría ante un olvido sistemático del Estado requería estar acorde a las condiciones del país y por ende exigía la penetración de la modernidad y desarrollo. La podredumbre a la que fue condenado el mundo andino hasta bien entrados el siglo XX hizo que surgieran diversos intentos de cambio de la base social, unos más radicales que otros, más políticos que otros y así. Hubo rebeliones de campesinos durante todo ese siglo desde Rumi Maqui, Pedro Atusparia y otros, hubo penetración de guerrillas urbanas instaladas en el mundo andino, y el mismo PCP-SL surgió en uno de los departamentos más pobres del Perú (Ayacucho) y al inicio tuvo un mediano respaldo, un estudio[3] actual ha demostrado que mucho de los militantes del PCP-SL no eran tanto del sector campesino sino del sector de educación, es decir profesores y estudiantes (tanto universitarios como colegiales) que sentían la indiferencia e inoperancia del Estado en donde vivían, sentían una marginación social y vivían bajo la carga de la exclusión. El saldo de esta aventura dogmatica y violenta del PCP-SL fue de cerca de 70.000 muertos de ambos bandos, la criminalización a la protesta social y un estado inoperante de movilización, la reducción de los espacios de izquierda a simples cúpulas ansiosas de poder, un alejamiento de la política por parte de los jóvenes y un letargo en la vida agitada de los gremios. Sin embargo a la caída del régimen de Fujimori que nos dejo toda esa herencia, el movimiento social se levanto de a pocos, es cierto que se inicio con la confluencia de un conjunto de organizaciones y colectivos que pedían la caída del dictador, es cierto que en esa confluencia estuvieron muchos partidos políticos que no ven la protesta social como un medio de solución de conflictos, el mismo Perú Posible lideraba aquella histórica “Marcha de los 4 suyos”, es cierto todo eso, pero a partir de ello fue que el movimiento social se recupero débilmente en nuestros días.

Alberto Adrianzen en una celebre columna del diario La República[4] mencionaba que la mayoría de los conflictos sociales que se dan en nuestro país se debe a temas socio-ambientales, a la defensa de los recursos naturales y sus implicancias en la vida. Los varios gremios y colectivos que se han formado para estos fines en el interior del país tienen la siguiente lógica, realizan demandas para revocar leyes, decretos supremos o diversos ataques estatales. Esto se ha dado preocupantemente en todo el Perú, la minería es ahora el símbolo del crecimiento económico y es reproducido en la prensa como el indicador de ingresos económicos en el país, mientras la otra realidad que no vemos o sentimos desde Lima nos demuestra un país cuyos ríos han sido intoxicados, cuyos niños han sido envenenados y que no hay ningún reparo en destruir ecosistemas. El tema más inmediato se refiere al protagonizado en Cajamarca desde hace algunos meses, se quieren secar ríos y lagunas destruyendo ecosistemas enteros, esto genero una movilización de las autoridades regionales contra el proyecto Conga que a finales de noviembre ya generaba paros y enfrentamientos con los policías. Pero en realidad estos enfrentamientos del año 2010 y 2011 son la explosión de un tema generado hace décadas y que se refiere a la contradicción entre los intereses de ciertos grupos económicos y las poblaciones autónomas dañadas, esta contradicción llevo al enfrentamiento en Bagua en junio del 2009 en uno de los episodios más lamentables de nuestra historia actual, con muertes tanto de policías como de campesinos amazónicos de Bagua, Utcubamba y Condorcanqui. Esto se debe a que las reglas del Convenio169 no se aplicaron y no se respeto el derecho de las comunidades. Bagua y Conga son los ejemplos más recordados en la memoria colectiva sobre las situaciones de conflicto en las regiones de nuestro país, pero a estas se suman varios conflictos con el mismo problema por parte de los pobladores y con el mismo ataque por parte del Estado.

En el 2011 los 227 conflictos sociales que se produjeron en nuestro país tuvieron respuesta de los gremios en Ayacucho donde la Asociación de Mineros Informales de Luicho en Paucar lucha varias hectáreas de oro y plata con las comunidades campesinas de Pomacocha. Un conflicto paradigmático, ya que la disputa no es con las instituciones estatales sino con una provincia aledaña demostrando la heterogeneidad de intereses en el interior de nuestro país. Esta minería informal (ilegal en otras palabras) es hasta cierto punto explicada por la ineficiencia del Estado para generar puestos de trabajo en esa zona y olvidándola dejándola en la pobreza, los pobladores mencionan que gracias a la minería de oro y plata sus condiciones han mejorado considerablemente. En Ucayali la Confederación de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú (COMPACCP) ha movilizado a los pobladores de Aguaytia en función del proceso de la erradicación de diez mil hectáreas de cocales, hecho que quieren impedir haciendo velar sus derechos como agricultores. En Andahuaylas la Federación Campesina pide un decreto supremo que suspenda las concesiones mineras, es decir aquí ya no hay ningún tipo de concesión o pedido a medios sino una simple y absoluta negación de la presencia minera en esa zona.

En Ancash el tema es el mismo, los Comuneros de Recuay y Huari se quejan sobre la presencia de la minera Antamina, debido a que la contaminación afecta la ganadería al promover pastos infectados que no son comestibles por los animales y la agricultura no produce entre otros motivos por el agua envenenada. En Tacna los gremios se unen contra el proyecto de ampliación minera de la Southern debido a los problemas de medio ambiente ya señalados. Y esto es preocupante, la Autoridad Nacional de Agua (ANA) menciona que 21 ríos del país están contaminados con elementos mineros, los departamentos más afectados son Cajamarca, Ancash, Tumbes, Piura y La Libertad. Por este motivo en Islay (Arequipa) los agricultores manifiestan la preocupación por la contaminación del río Tambo que afecta las actividades económicas de los agricultores que los dejarían sin agua para sus tierras.

En Loreto el Frente Patriótico y varias organizaciones realizaron protestas contra la aplicación de una ley estatal que desviaría el trasvase de los ríos Marañon y Huallaga hacia la costa. Un mismo caso sobre el daño a ecosistemas que poco le importa al Estado. En el río Marañon la provincia de Datem por medio de la Organización Shuar del Morona (OSHDEM) realizó protestas contra la empresa petrolera. Y en Puno el Frente de Defensa de los Recursos Naturales de la Región Puno, unión de gremios de El Collao-Ilave se movilizan contra la minería, pueblos aimaras durante 45 días realizaron paros y protestas durante el mayo pasado debido al problema de décadas que tienen en esa región y es los daños colaterales que produce la actividad extractiva en esas regiones. El Frente de Defensa por la Vida y el Medio Ambiente de Sócota de la provincia de Cajamarca en Cutervo también menciona su oposición del ingreso a la minería por la contaminación del agua de los ríos, en Cuzco Espinar la Defensoría del Pueblo del Cuzco se pronuncia contra el proyecto Majes-Siguas.

Todos estos conflictos tienen casi los mismos móviles, persiguen y piden cosas tan básicas y humanas, sus gremios producen un movimiento social digno de ser escuchado pero por lo general son peleas regionales que llegan a Lima de manera distorsionada e insignificante, el Estado no tiene ningún interés en solucionarlo a pesar de que se reduzca los problema a una ecuación tan simple como elegir entre el dinero o la vida.

La información del movimiento social de trabajadores en el interior del país me es poca, solo encontré en Lima. Los casos más representativos actuales de las reivindicaciones de los trabajadores no dista mucho de los pliego de reclamos de las cartas de obreros de a inicios del siglo XX[5], es decir las reivindicaciones generales se deben al incremento de salarios y generar mejores condiciones laborales. Esta actividad sindical tuve su eco más fuerte en agosto cuando el sindicato de trabajadores en Ripley realizó varias protestas. Así mismo los trabajadores de Poder Judicial protagonizaron la misma situación en el 2010, otros sindicatos como el de TopyTop no solo luchan por mejores salarios sino también para impedir despidos arbitrarios entre otros temas. Pero generalmente estos reclamos son efímeros y no desarrollan más allá de logrado su reivindicación inmediata.

En las universidades el nivel de desarrollo de movimiento social es complejo y variado, la PUCP ha logrado movilizar fuertes cantidades de estudiantes de su población, una respuesta estudiantil que se ha reflejado en los intereses administrativos de dicha universidad contra el afán intervencionista de la Iglesia Católica, aquí los estudiantes hablan de autonomía y de pluralidad de ideas, cambiando la naturaleza originaria de la universidad. En la UNAC las federaciones y centros federados se han movilizado por el Reglamento de Estudios de Pre Grado, un documento que impondría varias limitaciones en los estudiantes a la hora de la matricula. La UNMSM en su historia después de la caída del régimen fujimontesinista no ha sabido desarrollarse por luchas concretas ni tampoco ha logrado activar sus órganos representativos como la FUSM, una intestina lucha entre espacios ha llevado a los supervivientes gremios de la universidad ha limitarse a temas locales o a luchas inmediatas y físicas, como el célebre movimiento de autonomía en contra de la aplicación del proyecto de la Municipalidad de Lima en la construcción de un By Pass y un anillo vial en la Av. Venezuela y Av. Universitaria que recortaría parte del campus universitario, el movimiento de estudiantes fuera de esta coyuntura (aún no resuelta) es pasiva y lenta, en parte por los fantasmas de la antipolitica y la herencia de Fujimori. Los gremios de las  universidades de nuestro país tienen nivel de respuesta minúsculo, solo casos como los de Huancavelica hicieron recordar el extraordinario movimiento ocurrido en Huanta, por otro lado el proyecto de la ley universitaria 23733 que ha sido tachada por varios sectores estudiantiles como antipopular y excluyente no ha sido debatida en las universidad a un nivel suficiente que recomponga sus alicaídas fuerzas lo que hace suponer que la actividad de gremios estudiantiles y su capacidad de movilización es insignificante en relación a los ataques del Estado y al nivel de desarrollo de otros gremios sociales del interior de nuestro país. A esto la FEP, un gremio irreconocido que no ayuda en nada se sostiene como un elemento burocrático incapaz de movilizar más allá de los sectores que se encuentren en su dirección.

Nuestra conclusión se reduce a mencionar que el movimiento social actual en nuestro país tiene su mayor intensidad en los conflictos regionales producidos por la defensa del medio ambiente y los recursos naturales, hablamos ya no de una reivindicación sino una defensa de la vida en el sentido estricto, en algunas zonas aún se consiente la minería controlada y cuidadosa, en otras se niega completamente la actividad minera, se ha desarrollado una brecha donde lamentablemente los improvisados gremios o frentes de defensa están solos. Los sindicatos de trabajadores persigue reivindicaciones inmediatas relacionado a su aspecto laboral mientras los gremios estudiantiles no salen aún del “efecto-Fujimori” sobretodo en San Marcos, su protagonismo es mínusculo en el desarrollo del movimiento social a nivel nacional. En realidad no hay unidad de los tres sectores que deberían ser capaces de movilizar a la población, los sectores de campesinos, trabajadores y estudiantes están separados caminando solos, uno más indefenso que el otro.



[1] Luis Rodriguez Toledo, “El diciembre de aquel año” en http://www.annalicemoshist8ria.blogspot.com/2011/12/el-diciembre-de-ese-enero.html
[2] “El Perú hirviente de estos días” en Allpanchis, 17/18, 1981.
[3] Gabriel Salazar Borja, “Apuntes sobre la captación de escolares por el PCP-SL según las fuentes de la CVR en la provincia de Vilcashuaman, 1975-1980” en Memorias del Primer Congreso Internacional de Estudiantes de Historias Lima, 2008
[4] Alberto Adrianzen, “La religión del presidente” en La República, 25 de junio del 2011.
[5] Mariza Huamán. “Cartas y denuncias de la clase obrera a inicios del siglo XX” en Memorias del Primer Congreso Internacional de Estudiantes de Historias Lima, 2008

miércoles, 11 de enero de 2012

El Arequipazo y las revueltas populares del nuevo siglo

Por Mauricio Gamio Pino
Universidad Nacional de San Agustín
Era el año 2002 y Arequipa seguía con interés las noticias sobre la venta  de Egasa, empresa eléctrica que abastece de luz a la ciudad y otras localidades del Sur del país, Alejandro Toledo llevaba un año como presidente y en plena campaña presidencial había firmado un compromiso de no vender la empresa eléctrica, lo que sucedió en el mes de junio  fue el estallido de una revuelta popular en la que participo gran parte de la población, la revuelta  fue encabezada por su alcalde Juan Manuel Guillen (que se había manifestado a favor de la venta de la empresa), aprovechando así subir su popularidad, y por un grupo de dirigente unidos bajo el nombre de Frente amplio cívico de Arequipa (FACA).
Lo siguente fue una semana en  que la  ciudad no tubo ninguna actividad además de las revueltas, los comercios, centros comerciales, colegios y universidades permanecieron cerrados, en una revuelta que representó para los arequipeños una mas de las llamadas ”Revoluciones”  de los siglo XIX y XX cuya última gran manifestación se dio en junio de 1950 contra el gobierno de Odria, sin embargo la protesta del año 2002 no fue una mas de las llamadas “revoluciones arequipeñas”, sino la primera de las protestas populares del siglo XXI y que después de esta que posteriormente fue denominada como “Arequipazo” y fue el primero de los posteriores Moqueguazos, y demás protestas sociales en todo el Perú, este nuevo tipo de protesta se da un contexto totalmente diferente, la población exige que la empresa eléctrica no sea vendida pues considera que de ser así el costo de la luz eléctrica se elevara sustancialmente, una de las características de los levantamientos que se van a producir a partir del año 2000, es la importancia que estos recursos representan para la población.

A lo largo de estos últimos diez años la protesta social se ha masificado a nivel nacional, poniendo de manifiesto las grandes diferencias políticas, económicas y principalmente sociales que existen en el país,  la minería y la agricultura parecen ser opuestas   en este nuevo escenario, problema que refleja el pésimo trabajo que realizaron las empresas mineras en las últimas décadas  entre las comunidades campesinas y en el aspecto ambiental que han convertido a algunos lugares del país en sitios inhabitables. El gobierno afronta ahora los conflictos internos que tiene que saber  manejar  para mantener la paz social, la economía estable y una ecología sustentable, en un país con un crecimiento económico reciente y una sociedad dividida, el problema para este nuevo gobierno radica en la importancia que la  minería  tiene para la economía nacional y el agua que esta utilizara en  sus operaciones, agua que también es utilizada por las comunidades agrícolas.
En el manejo de estos conflictos  es crucial para mantener la estabilidad del país, para lo que el gobierno debe saber imponer su autoridad ya a la empresa privada que tiene que saber respetar los recursos naturales, y saber controlar a la población en la protesta, de lo contrario se generaría desorden en el país lo que seria un gran prejuicio para todos los peruanos.   

martes, 3 de enero de 2012

Vale un “Estados Unidos”


Por Luis Chávez Lara
Egresado de Historia de la UNMSM

Hace unos días vi un documental presentado por un personaje de avanzada edad elegantemente vestido, su traje era reluciente, sus movimientos preparados, su cabello rubio con gel y su rostro optimista. Este presentador que más parecía un trabajador del coaching decía ser auditor, y se propuso un reto jamás intentado, determinar el valor total del país más poderoso del mundo, los Estados Unidos de Norteamérica. Tamaña tarea la que se planteó, saber cuál era el monto al que ascendía su país incluyendo sus recursos naturales, su poderío bélico, su infraestructura y finalmente sus ciudadanos, a los cuales también les puso un precio (capital humano). Como en este mundo todo se compra y todo se vende, y la lógica impuesta por el capitalismo nos lleva a monetarizar hasta nuestras existencias llegó a la conclusión de que a pesar de los “rumores de los pesimistas”, los Estados Unidos seguiría siendo el país más vigoroso del mundo ya que tiene un valor de 250 billones de dólares, es decir, de decidirse “repartir” el valor del país entre todos sus ciudadanos, obviamente sin incluir a los indocumentados, cada uno recibiría alrededor de 1 millón de dólares, verdes más, verdes menos, y a ritmo de un fondo musical militar aparecía un moderno avión ultrasónico, sus inmensos puentes, carreteras y sus poderosos portaviones acorazados, mientras la voz del presentador, en tono triunfal anunciaba la supremacía de la tierra del Tío Sam por sobre todo el mundo, entre bombos y platillos, llamando a la tranquilidad de sus connacionales ante los continuos anuncios de una crisis mundial venidera.
Me pregunto quién habrá financiado este desesperado documental en el que se hace alarde de todo lo anteriormente mencionado a través de la señal de TV por cable, no creo que haya sido una organización de caridad, a menos que procure ser caritativa con el gobierno de Obama al prestarse para contribuir con la buena salud psicológica del país, no lo creo, seguramente fue él mismo o mejor dicho su gobierno el que ha pagado este grotesco programa y a su bien peinado presentador – auditor de naciones. ¿Es que acaso la crisis internacional ha obligado al gobierno de Estados Unidos a recurrir a estos impensables recursos mediáticos?, quizá necesiten un Miguel Ángel Cornejo gringo para levantar su alicaído ánimo o de repente no han leído “El Secreto” al igual que yo, que aborrezco este tipo de literatura de autoayuda. Nada de eso, el fondo del asunto para la producción de este documental fue querer demostrar una fortaleza que, aunque lo quieran ocultar, se ve debilitada día tras día a pesar de los esfuerzos del Tesoro, de la Casa Blanca, del Capitolio y seguramente de la CIA. Pues bien, nos quieren meter la idea de que las cosas andan bien, cuando la realidad dice todo lo contrario. Habrá que creerles señores habitantes de Perulandia, si antes decíamos “vale un Perú”, ahora deberemos decir “vale un Estados Unidos”, es decir 250 billones de dólares, nada mal, quedamos chiquitos.
Si todo anda tan bien, por qué el desempleo, por qué los indignados en Harvard, por qué los salvatajes financieros, por qué las broncas entre republicanos y liberales, por qué mi vecino se regresó al Perú, por qué el retiro de las tropas de Irak (¿debido a su alto costo?). Desde la caída de la URSS el sistema capitalista ha expandido su influencia y se consolidó como el sistema económico, político y social dominante en la mayor parte del globo. Nadie, desde la perspectiva neoliberal, hubiera aceptado que este podría caer en un determinado momento, pocos recordaban la Gran Depresión, las guerras mundiales por el control de los mercados, la Guerra Fría, y todo lo que pasó para que la mano invisible hiciera su trabajo sin barreras ni límites. Sin embargo, otra nueva crisis amenaza la economía mundial, de nada sirvió elevar el nivel de endeudamiento de los Estados Unidos, salvar a Grecia, Portugal y a no sé cuántos países más en la lista de espera, cambiar el Directorio del BCE, recapitalizar a los grandes bancos, el fantasma de la recesión vuelve a atormentar a los magnos capitales y estamos entrando en un círculo vicioso que afectará, queramos o no, al Perú de manera significativa gracias a la economía globalizada que integramos, inevitablemente.
Si bien ya no estamos en las décadas de los gobiernos títeres del siglo XX, ni somos el patio trasero de los Estados Unidos, nuestra dependencia de esta potencia aún sigue siendo muy grande. No hay que ser un experto, solo hay que leer a la prensa seria nacional e internacional y sabremos que las remesas que llegan y las exportaciones que van son parte importante de nuestro peculio nacional, es por eso que de caer en recesión, Estados Unidos dejará de comprar nuestras exportaciones y nuestros compatriotas ya no enviarán el codiciado dinero a sus familias a través de Money Gram ni de DHL. Pero ahí no queda la cosa, es bien sabido que nuestros autoritarios amigos orientales chinos ya no podrán salvar a la economía estadounidense porque en su interior se está produciendo lo que conocemos como sobreproducción, un continuo encarecimiento de su costo de vida además de una galopante inflación, lo que acarreará en que dejarán de comprar productos de países extranjeros, entre ellos de los Estados Unidos y los de uno llamado Perú donde hay unas ruinas conocidas, este detalle no sería tan preocupante si China no fuera el país al que más le exportamos nuestros productos. Esto se traduce en menos trabajo para los peruanos que laboran en las pequeñas y medianas empresas de servicios, en la agroexportación, en la industria textil y otras que son las principales generadoras de empleo a nivel nacional, el panorama no se ve alentador. Nuestros economistas que se encuentran sentados en el BCR deben evaluar si continúan con las formas tradicionales de manejar la economía nacional, los ejemplos de la vieja Europa y de Estados Unidos nos indican que algo está fallando y está en los expertos resolver qué cosa es para encontrar una cura contra este vendaval de caídas que azota, al igual que Atila, el corazón de la “civilización occidental” como la llamaría el intolerante Huntington.
¿Qué hacer en este caso?, ¿desideologizar los debates o apelar a nuestros padres pensadores?, ¿firmar más TLC’s para redirigir los destinos de nuestras exportaciones?, ¿redefinir el sistema financiero, reforzarlo o tumbárnoslo?, ¿abrir las puertas a las inversiones a cualquier costo para no descapitalizar al país u oír a las comunidades y evitar conflictos que acarrean muerte y pérdidas millonarias?, ¿humanizar la relación entre el mercado, el Estado y la ciudadanía? Interrogantes que me planteo y que espero algún técnico me aclare, porque yo no lo soy, al menos todavía.

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