Por Liseth Dipaz Paredes
Socióloga
Han pasado casi 24 años desde que empezó el
gobierno de Alberto Fujimori, y desde que empezó cambio del país, pues
reconozcamos que el Perú es otro, no solo económicamente sino también
socialmente hablando.
Si nos ponemos en el contexto de los años
noventa, luego de haber salido de la crisis ocasionada por el gobierno de Alan
García, que debemos recordar dejo al país sumido en una de las peores crisis
económica más la violencia política (coches bombas, apagones, muertes), surgió
la figura de Alberto Fujimori, el mesías del cambio, claro que si trajo cambio;
hay un antes y un después de Alberto Fujimori.
Entre sus muchas medidas, que hoy son
tildadas de autoritarias, nombraremos una que hoy es noticia en muchos medios
internacionales y que muchos tildan de vergüenza otros de media necesaria: las esterilizaciones
forzadas; quiero aclarar que no estoy ni a favor ni en contra de esta medida; en
primer lugar desde mi punto de vista esta medida en algunos casos fue
necesaria, es decir, viendo el tema de las esterilizaciones forzadas como una
cuestión de salud pública: muchas mujeres veían el tener hijos como si se
tratará de ir de compras, tenían
alrededor de 8 hijos y en algunos casos iban por el noveno, no eran necesario
hacer algo.
La mayoría de las mujeres esterilizadas son
mujeres de condición humilde que no tenían acceso a lo que hoy conocemos como
planificación familiar, si bien es cierto hoy en día existen diversos métodos anticonceptivos,
programas de planificación familiar, siguen existiendo en nuestro país tasas altas
de natalidad.
Por otro lado, se vulnero todo derecho de las
mujeres de decidir cuántos hijos querían tener, o si ya no querían tener más
hijos; el gobierno de Alberto Fujimori tomo la decisión más fácil que no le
ocasionaría gastos logísticos enormes, inversiones e implementación de
programas que pudieran frenar el crecimiento demográfico del país.
La hizo fácil y es por ello que hoy
lamentamos la muerte de muchas mujeres, que a consecuencia de esta
práctica murieron al ser operadas con
las mínimas medidas de higiene, quien les devuelve la vida a estas mujeres, las
indemnizaciones que pudieran darse o que ya se dieron suplen la ausencia de una
madre.
Queda en el tablero si Alberto Fujimori debe
ser juzgado o no por este delito como jefe de gobierno en aquel entonces, pues
el país se polariza cuando se habla de él, hay quienes están a favor y otros en
contra, queda para el debate.
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