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jueves, 3 de noviembre de 2011

Educación y cambio social: compromiso de transformación socio-educativa. (Parte I)


 Por Erick Fabian
“El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas” (Paulo Freire)

El presente artículo comienza citando una de las frases del muy reconocido y apreciado, pedagogo brasileño, Paulo Freire. Coincidimos con este en que el aprender no se trata  solo de consumir, memorizar, repetir ideas; sino, por el contrario, se trata de crear y recrear nuevos conocimientos, nuevos saberes.

Es sobre este punto que nos centraremos, tratando de que esta no sea precisamente una repetición más de los ya abundantes informes con los que se cuenta acerca de la situación actual de la educación en nuestro país. Buscamos más bien, recrear y exponer, desde nuestra propia experiencia de investigación y de contacto con la realidad, nuestra reflexión acerca de la educación que queremos construir para nuestra sociedad.

>> Mirando nuestra realidad: La educación en nuestro contexto actual.

Tratar de presentar una reflexión lo suficientemente amplia de nuestra realidad educativa es, sin lugar a dudas, algo muy ambicioso; no obstante, si deseamos ahondar con suficiente profundidad los diferentes problemas por los cuales nuestro sistema educativo actual atraviesa, implicará pues, reducir nuestra mirada a espacios concretos en los cuales se hace más evidente algunas de estas problemáticas.

No obstante, esto último consideramos debe ser complementado con algunas luces, generales y amplias, sobre el ámbito educativo en general. Es así como, podemos comenzar señalando que nuestra realidad peruana se nos presenta ante nuestros ojos como una realidad compleja y diversa. Compleja no solo por sus problemas, sino también por la gran capacidad que hemos demostrado a lo largo de estas décadas de ir buscando nuevas soluciones ante la realidad, muchas veces adversa, en la cual convivimos día a día.

Encontramos en esta primera mirada de nuestra realidad educativa algunas características propias de nuestra sociedad como: la creatividad, la pluralidad de lenguas, la diversidad de culturas, la solidaridad frente a situaciones de dolor, historias comunes y diversas; en síntesis, como señala el Proyecto Educativo Nacional, contamos con:

“…enormes recursos no siempre apreciados en su justo valor: reconocida riqueza natural, así como una generosa biodiversidad que todavía espera ser conocida y explorada en medida suficiente. Se suma la viva creatividad de la población peruana —joven en una considerable proporción— así como su capacidad de iniciativa y su acuciosidad en el mundo productivo. Talento que se muestra en el vigoroso florecimiento de empresas pequeñas y medianas —las denominadas pymes— en las últimas décadas, fruto de conductas emprendedoras e innovadoras que día tras día transforman el desempleo en nuevas formas de productividad y construyen seguridad económica ahí donde sólo había precariedad y exclusión.”  (PEN, 2007:23)

En este punto es necesario detenernos y considerar que, tal vez, para muchos, esta lectura de nuestra de realidad es muy positivista y no llegue a ahondar en lo que “realmente” pasa en nuestra sociedad, en nuestra educación. Ciertamente es una mirada positiva de las potencialidades o fortalezas con las cuales contamos, y hemos decidido empezar presentado brevemente estas; ya que, consideramos que es necesario para poder lograr producir cambios, por ejemplo en los elementos negativos de nuestra realidad: injusticia, pobreza, corrupción, etc., reconocer y valorar nuestras propias capacidades, nuestras propias grandes posibilidades, nuestro anhelo finalmente de seguir mejorando día a día y de no rendirnos frente a la adversidad.

O será que, nos preguntamos, ¿alguien va a unas olimpiadas sin saber cuáles son sus potencialidades, sus propias características, destrezas? No sería conveniente conocerlas, y entrenarlas, para  participar adecuadamente. La olimpiada en la cual debemos participar es, pues, la que corresponde a la elección de nuestro futuro como sociedad, donde los ganadores debemos ser todos, la sociedad peruana en su conjunto.

Se hace por tanto, importante y necesario, el reconocer las dificultades que nuestra sociedad atraviesa en sus distintos aspectos (político, económico, etc.). Ello nos permitirá tener una mayor claridad acerca de los lineamientos educativos que deberíamos seguir si deseamos transformar estas dificultades en oportunidades para seguir desarrollándonos.

Siguiendo esta línea, ya Sigfredo Chiroque en su texto “Perú 2010-2015: escenarios posibles y educación”, nos advierte sobre posibles escenarios que podrían irse presentando en los próximos años en nuestro país, unos más alentadores que otros. Pero todos ellos nos permiten dar una nueva mirada a nuestra realidad (llena de injusticia, de pobreza, de etc.) Sí, nuestra realidad, la de todos y cada uno de nosotros. Esta realidad que abarca no solo el plano educativo en la escuela, sino la educación de los ciudadanos en su conjunto, como grupo humano, para la cual nos presenta algunos ejes interesantes que un modelo pedagógico que elijamos debería tener, nos referimos a los siguientes ejes: inclusión social, gobernabilidad, innovación y tecnología, medio ambiente, interculturalidad, entre otros[1].

Asimismo, continuando con esta relación estrecha entre realidad actual de nuestro país y el modelo que elijamos (o que actualmente está vigente) nos lleva  reflexionar y cuestionarnos por los diferentes aspectos nacionales e internacionales que afectaran nuestro país en los próximo años. Temas como lo político, lo económico, lo demográfico, etc. son factores de mucha relevancia que deben ser tomados en cuenta al momento de plantear que modelo pedagógico guía y orienta nuestro quehacer educativo como docentes en las aulas y en general en nuestro entorno inmediato en el día a día.

Por todo lo antes mencionado, se hace necesario ir pensando en que modelo sería el más apropiado para transformar y mejora nuestra realidad socio-educativa. Sobre este punto se abordará con mayor profundidad a continuación.

>> Un modelo, una apuesta por el cambio.

Frente a esta realidad social, política, económica y educativa, surgen las preguntas sobre qué modelo utilizar para lograr los cambios que la sociedad anhela lograr. Cuestionamientos sobre el tipo de sociedad que deseamos construir, el tipo de ciudadano que deseamos formar en la aula, e inmediatamente nos preguntamos ¿solo en la aulas? Qué nuevos espacios pueden constituirse para logar ese objetivo tan preciado no solo por los pedagogos sino por la sociedad en conjunto.

Todo lo antes expuesto apunta sin lugar a dudas al tipo de modelo que asumamos, y con el cual nos comprometamos, para re-configurar nuestra realidad educativa y re-orientarla para la transformación no solo cognitiva de nuestros estudiantes, sino también para una transformación socio-histórico-cultural de ellos y de sus entornos.

Consideramos que encaminarnos hacia una postura de este tipo permite ya dar una mayor claridad sobre el tipo de modelo que consideramos podría ser de gran significatividad para un contexto particular y peculiar como el nuestro.

Es así como, consideramos que es necesaria la adopción de un modelo inter-estructurante, que se complementa teniendo como base una teoría crítica no-reproductora. Sin embargo, es preciso antes hacer mención al modelo que cumple con estas características y que se constituye como el modelo de referencia que tomaremos para cambiar nuestra, aún esperanzada, realidad educativa; nos referimos al modelo pedagógico histórico-crítico.

Asimismo, apostar por un enfoque histórico crítico implica profundizar en sus principales propuestas y explicar las razones por las cuales serían de utilidad para nuestra educación. No obstante, desde un primer acercamiento podemos señalar que el énfasis puesto desde este enfoque se encuentra en el aspecto social y político que a traviesa todo el proceso educativo. Es este uno de los elementos claves que permitirá ahondar más, primero, en la comprensión de nuestra(s) realidad(es) como un país muy diverso que somos; segundo, en la toma de decisiones a nivel educativo que permitan hacer los cambios estructurales de lo que se entiende por educación escolar, e incluso más allá de esta, en nuestro país.

Por otra parte, se hace necesario también el profundizar en algunos conceptos claves que esta teoría propone para el cambio educativo y social. Ello nos permitirá un mejor entendimiento de la propuesta histórico-crítica. Estos conceptos y otros aportes planteados por diferentes autores que se basan en este modelo los explicitaremos y analizaremos en la segunda parte de este artículo.




[1] Los cuales Chiroque retoma y re-elabora de la propuesta de Ricardo Villanueva. Cfr. CHIROQUE, Sigfredo: “Perú 2010-2015: escenarios posibles y educación”.

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